Hooponopono

31,enero 2010

«No existe nada en el universo si no existe en tu pensamiento»

La primera vez que oí hablar de Hooponopono me contaron la historia del Dr. Len. Se trata de un psicólogo hawaiano que consiguió vaciar una planta entera de enfermos mentales de un psiquiátrico en Hawai, usando esta técnica milenaria. Pero aún más, es interesante saber que sanó a todos ellos sin ni siquiera llegar a verlos, utilizó la técnica con sus expedientes médicos. Me pareció tan sorprendente que simplemente no le hice ni caso.

Cuando supe que tenía cáncer, una amiga me envió el enlace a un video en el que se explicaba detalladamente lo que es esta técnica y como se aplica, el mismo video que hoy os propongo. En esta ocasión lo escuché con máximo interés. E incluso mientras lo hacía, de vez en cuando tenía que parar la conferencia porque el proceso de sanación comenzó, mi inconsciente empezó a aflorar.

El método es revolucionario, cada uno de nosotros somos los creadores de lo que vemos fuera, de nuestra realidad. Es decir, tenemos la capacidad de sanarnos a nosotros mismos. Porque no existe nada en el universo si no existe en nuestro pensamiento.

La puesta en práctica es más sencilla de lo que pudiera parecer, solo hay que entender el proceso. Y, da igual que lo creas o no. Desde entonces, podría contar miles de anécdotas de cómo ha funcionado conmigo, algunas en procesos profundos y complicados de explicar, pero también en algunos más sencillos.

Recuerdo que la mañana siguiente, después de haberme trabajado este video tenía una prueba en el hospital. Me acompañaba una amiga, las dos comentamos como estaban ese día los ánimos entre los pacientes de la sala de espera y los trabajadores, el retraso de algunos de ellos superaba las dos horas. Una de las enfermeras había tenido un fuerte enfrentamiento con algunos de ellos, al poco tiempo es la misma que me llama a mí para mi prueba. A mi amiga y a mí nos entró la risa, vaya suerte la mía…

Inmediatamente me concentré en lo que había aprendido el día anterior. Acepté que si yo era capaz de ver a aquella persona tan enfadada, era porque en mí también había enfado: no existe nada que no sea una proyección propia. Me perdoné por estar tan enfadada, acepté el 100% de responsabilidad y pedí ayuda a mi niña interior. Mi sorpresa fue como esta mujer tan enfadada iba calmándose por segundos, incluso me sentí tratada con muchísimo cariño y amabilidad. Este método lo he seguido aplicando en todas las pruebas que me han hecho, hoy creo que el personal que trabaja en los hospitales es encantador, esta es mi experiencia. Fijaros que en la última prueba dolorosa que me hicieron me derrumbé, apareció la doctora un poco nerviosa por el tiempo, la expliqué como me sentía y me dio un abrazo, de esos en los que te quedarías a vivir…

Maru Canales

Autora del libro «Feng Shui en la vida»

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Prólogo del libro «Feng Shui en la vida»

9,enero 2010

 

«Parece claro que el principal Feng Shui que uno realiza en su vida tiene lugar dentro de su propia persona

José María Doria

Como ya sabeis, la técnica de Feng Shui tiene mucho que ver con el poder del lenguaje simbólico y, a mí me apasiona. De ahí, que en mis libros trate de contar con aquellas personas que han tenido algo que ver en el proceso. En esta ocasión, hemos tenido el privilegio de contar con el prólogo de mi maestro José María Doria, os dejo disfrutarlo:

«Cuando en México en los años 70, realicé mi primera práctica de meditación Zen, un personaje de voz grave y aspecto de maestro, pronunció varias veces una palabra que durante más de 30 años no he cesado de explorar.

Aquella voz que surgía de su poderosa garganta, rompiendo el silencio del dojo en el que respirábamos inmóviles, decía:

 vacío  …  vacío  …

Durante aquellas primeras prácticas de meditación, uno sentía que eso de “Vacío” evocaba una no agradable sensación de ausencia, y en realidad, aunque la intuición quería revelar posibilidades insospechadas, la mente ruidosa de aquel principiante en la meditación no se encontraba precisamente muy a gusto con una propuesta de vacío, tan aparentemente desértica y muerta.

Los años han ido pasando y con ellos se ha expandido la consciencia. Aquella amenaza de perder lo lleno y soltar lo que uno tiene aunque sea en la cabeza, ha dejado de amenazar a éste y a otros peregrinos de la consciencia. Aquel temor al vacío que recuerda los tiempos del Barroco (horror al vacío), han dejado paso al anhelo de espacios desde donde se manifiesta esa serenidad y paz profunda que late tras la corriente de ideas.

En realidad uno observa que el espacio vacío se hace cada día más presente para aquella mente suficientemente observada, sobre todo cuando éste aparece nítido y silencioso “entre pensamiento y pensamiento” de tantas neuronas permanentemente atestiguadas. Y sucede que conforme la capacidad de observación se hace más amplia, uno siente que el espacio vacío es precisamente el más fértil y radiante de las hondas moradas de la conciencia. Uno no tarda en sentir la certeza de que lo Nuevo tan solo brota del vacío, un vacío que se vivencia más allá de la mente pensante, el mundo del tiempo y el peso de las memorias.

Pues bien, sucedió que conforme cultivaba el silencio y observaba con mayor nitidez la caída sucesiva de las capas mentales de cebolla, también se vaciaba mi propia casa. Día a día salían furgones con cuadros, muebles y cosas acumuladas en aquella morada tan grande como apretada. De pronto, un día descubrí que los suelos vacíos y las grandes paredes blancas pacificaban la atmósfera y otorgaban al nuevo espacio la cualidad que sin duda el camino recorrido ya demandaba.

Y desde este punto de radiante vacuidad leo la obra de Maru Canales, una obra que atraviesa los pliegues más sutiles de la vida cotidiana, un tratamiento del espacio que su brillante autora señala con precisión y claridad tanto hacia el dentro como hacia el fuera de la propia persona.

El lector se encuentra ante un libro que puede abrir puertas y ventanas no solo de su propia casa, sino también hacia el sentido último de su íntima trayectoria. Y tal vez ocurra que buscando un libro de Feng Shui acerca de cómo crear espacios en donde dejar fluir la energía del cielo y de la tierra, encontrará un algo más tan sencillo como radiante, un algo más que activará intuiciones y aportará ese toque intangible que distingue a las atmósferas sagradas.

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Maru Canales

Autora del libro «Feng Shui en la vida»

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Cómo conseguir tu ejemplar: «Feng Shui en la vida»

8,enero 2010

A todos aquellos que se atreven …  

  

 

El libro se puede adquirir en cualquier libreria. Si no lo tuvieran en stock lo pueden solicitar a la Editorial CEAC, una de las firmas del Grupo Planeta. 

También puede ser adquirido por internet y recibirlo directamente en casa, os facilito algunos enlaces directos: 

  

El Corte Inglés 

FNAC 

La Casa del Libro 

NavLan 

Zona de compras 

 

¿Quieres saber más sobre el libro? (pulsa aquí

Maru Canales

 

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Bienvenido 2010

2,enero 2010

«Sólo sé, que no sé nada»

Sócrates

(yo, a veces, no me doy cuenta ni de eso: que no sé nada

Maru Canales)

Son tantas las cosas que me han pasado este año y tan profundas las que estoy atravesando en la actualidad que ahora mismo no sabría que pedirle al 2010, además de adquirir mayor nivel de conciencia. En mis cuarenta y un años de experiencia en este viaje, me doy cuenta que nada me ha aportado mayores beneficios ni mayor bienestar personal que adquirir conciencia.

Por no irme muy atrás en el tiempo, os contaré que hace un par de años me divorcié. Fue una situación que tomó su tiempo y una prueba difícil, creo que quizá mi primera experiencia importante en este camino hacia el despertar. Mi matrimonio no podría mantenerse, pero tenía claro que el divorcio era una nueva construcción para el futuro y el bienestar de todos los miembros de la familia. Tuve que hacer frente a muchas creencias anquilosadas, a muchos apegos en todos los aspectos de mi vida (o como diría el Feng Shui en todas y cada una de mis aspiraciones). Pero lo que más recuerdo fue hacer frente a la incertidumbre, cuánto cuesta y cuantas herramientas me faltaban. Aún así, lo superé, lo superamos y, a juzgar por la situación actual,  con bastante éxito. Aunque en realidad, este es un proceso que no acaba, que sigue vivo (este si que es hasta que la muerte nos separé…)

Sin embargo, el 2009 me preparó una prueba más difícil o sobre todo mucho más profunda, un tumor cancerígeno en el cuello del útero en un estado muy avanzado. Guau, esto es empezar por el principio, vuelta a la mortalidad, existe. Y, la vida te pega un giro de 360º, enfoque directo a lo esencial, fuera máscaras y personajes. Por un lado, aparece un proceso médico que no deja lugar a las incertidumbres y al que me entrego por completo, todo me lo dan hecho. Pero hay otra parte que me pertenece, si quiero, bucear en mi interior, ¿qué pasa, para qué…? Este es un maestro de lujo que no pienso desaprovechar… y, aquí estoy.

Intento sanar mi mente, a través del dolor físico, dándome cuenta que yo no soy mi dolor, yo no soy mi cuerpo, aunque tenga uno y, aunque duela. Yo no soy mis pensamientos, aunque tenga millones. Y, tampoco soy mis sentimientos, aunque también los tenga y afloren. Soy el observador de todo ello, un puro centro de percepción consciente, que me ayuda a limpiar creencias anquilosadas, a sanar. He aprendido que no estoy sola, cuando tengo miedo, dolor y pena, aparece esa parte de mí que observa, que nunca sucumbe y me abraza, esa soy yo. Esto es lo que me está enseñando este proceso, a vislumbrar el amor que soy, me ha abierto las puertas a la sala del amor y allí encuentro el perdón, la comprensión, la paz, el agradecimiento, el goce del vivir…

Pero además de tener vuestro apoyo, el de mi familia y amigos y haber seguido desarrollando herramientas de autoconocimiento estos años, he aceptado que necesitaba ayuda. Así, hice de nuevo lo que hago y predico con mis clientes, convertirme en uno de ellos y contar con la guía y el acompañamiento de un terapeuta, Jorge Lomar. Os lo cuento porque realmente he podido comprobar como me ha facilitado el camino. Y, porque además quiero aprovechar este artículo y compartir con vosotros el «Nuevo Cuento de Navidad» que él ha escrito para felicitar este año las fiestas desde la Asociación Conciencia, la cual preside. Por cierto, todo un acierto de coherencia al que tanto hacemos referencia en este blog, entre la estrategia de la Asociación y el mensaje. (Asimismo, os facilito el enlace de la Asociación para que podais comprobar las interesantes actividades que se llevan a cabo, algunas de ellas en mi gran proyecto para el 2010, Espacio OCTO, pulsando aquí.)

Espero 2010 que me invites a seguir adelante, a quedarme en esa sala del amor y pueda seguir conociendo todos sus instrumentos. Y mucha salud, que tengo muchas cosas que hacer y que contar. También os lo deseo a todos y cada uno de vosotros.

Yo soy tú,

Maru Canales

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