«No existe nada en el universo si no existe en tu pensamiento»
La primera vez que oí hablar de Hooponopono me contaron la historia del Dr. Len. Se trata de un psicólogo hawaiano que consiguió vaciar una planta entera de enfermos mentales de un psiquiátrico en Hawai, usando esta técnica milenaria. Pero aún más, es interesante saber que sanó a todos ellos sin ni siquiera llegar a verlos, utilizó la técnica con sus expedientes médicos. Me pareció tan sorprendente que simplemente no le hice ni caso.
Cuando supe que tenía cáncer, una amiga me envió el enlace a un video en el que se explicaba detalladamente lo que es esta técnica y como se aplica, el mismo video que hoy os propongo. En esta ocasión lo escuché con máximo interés. E incluso mientras lo hacía, de vez en cuando tenía que parar la conferencia porque el proceso de sanación comenzó, mi inconsciente empezó a aflorar.
El método es revolucionario, cada uno de nosotros somos los creadores de lo que vemos fuera, de nuestra realidad. Es decir, tenemos la capacidad de sanarnos a nosotros mismos. Porque no existe nada en el universo si no existe en nuestro pensamiento.
La puesta en práctica es más sencilla de lo que pudiera parecer, solo hay que entender el proceso. Y, da igual que lo creas o no. Desde entonces, podría contar miles de anécdotas de cómo ha funcionado conmigo, algunas en procesos profundos y complicados de explicar, pero también en algunos más sencillos.
Recuerdo que la mañana siguiente, después de haberme trabajado este video tenía una prueba en el hospital. Me acompañaba una amiga, las dos comentamos como estaban ese día los ánimos entre los pacientes de la sala de espera y los trabajadores, el retraso de algunos de ellos superaba las dos horas. Una de las enfermeras había tenido un fuerte enfrentamiento con algunos de ellos, al poco tiempo es la misma que me llama a mí para mi prueba. A mi amiga y a mí nos entró la risa, vaya suerte la mía…
Inmediatamente me concentré en lo que había aprendido el día anterior. Acepté que si yo era capaz de ver a aquella persona tan enfadada, era porque en mí también había enfado: no existe nada que no sea una proyección propia. Me perdoné por estar tan enfadada, acepté el 100% de responsabilidad y pedí ayuda a mi niña interior. Mi sorpresa fue como esta mujer tan enfadada iba calmándose por segundos, incluso me sentí tratada con muchísimo cariño y amabilidad. Este método lo he seguido aplicando en todas las pruebas que me han hecho, hoy creo que el personal que trabaja en los hospitales es encantador, esta es mi experiencia. Fijaros que en la última prueba dolorosa que me hicieron me derrumbé, apareció la doctora un poco nerviosa por el tiempo, la expliqué como me sentía y me dio un abrazo, de esos en los que te quedarías a vivir…
Autora del libro «Feng Shui en la vida»
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