«El mundo es un escenario;
nosotros somos sus actores.»
William Shakespeare

Si bien en un principio el Feng Shui captó de inmediato mi curiosidad, he de reconocer que lo nuestro no fue un idilio a primera vista. Más bien sucedió al contrario. Mientras iba profundizando en el conocimiento de la técnica mis resistencias a poner en duda mi racionalidad aparecían. Sin embargo, hubo momentos clave en los que pareciera que el Feng Shui me perseguía, incluso me acosaba. Ante tanta insistencia cedí, traspasando mis resistencias logré abrirme a mi intuición y a mi creatividad, lo que inmediatamente produjo una amplitud de perspectiva que ha cambiado mi vida para siempre.
Agradecimiento infinito es lo que siento por esta técnica que me ha servido de guía en este camino de apertura. Que día a día sigue guiándome, personal y profesionalmente, dándome la gran satisfacción de poder acompañar a otros y ser testigo de su desarrollo. Caminar y trabajar día a día por ser uno mismo, creo que es la mayor empresa que un ser humano puede realizar, por él mismo, por los que le rodean y por el mundo en el que vive. Si queremos conseguir un mundo mejor, tendremos que mejorar nosotros, uno a uno. El cambio mundial es la suma de cada cambio individual y todos sumamos.
Así me he dado cuenta de lo importante que es el escenario, para facilitarnos la actuación. Hay cuestiones del decorado que son fácilmente perceptibles por su visibilidad, son tangibles. Pero otras, como hemos ido analizando a lo largo de estas páginas son intangibles. Sin embargo, todo lo que se manifiesta en el exterior es reflejo de lo que nos sucede en el interior. Lo mismo sucede al escribir un libro, uno firma su autoría pero hay todo un equipo de gente detrás que facilita su ejecución.
Mi agradecimiento a José María Doria por prologar este libro, pero sobre todo por su ejemplo. Como alumna suya he tenido el privilegio de disfrutar en primera persona y aprender de un especialista en la preparación de escenarios. No me refiero solo al escenario físico, sino especialmente a los aspectos más intangibles, esos que hacen posible que lo que tenga que suceder, sea lo que sea, suceda. Este libro es fruto de esos escenarios, que además he compartido con un grupo de personas, que muchas veces sin saberlo, han participado en su elaboración. Mi sincero agradecimiento a todos ellos: Yanis, Susana, Sonia, Socorro, Raul H., Raúl G., Patricia, Paloma, Olga, Oscar, Miriam, Marisol, Marisa, Mari Luz, Maria José, Mariangeles, Maite, Kerstin, Julieta, José Hilario, José Antonio, Itziar, Helena, Gloria, Gemma, Gaztelu, Félix, Elena, Dora, Cristina, Beatriz, Antonio, Ana y Adriana.
Gracias a Txell, Vanesa y Patricia que con paciencia me han leído y releído, comentado, propuesto y sugerido siempre que lo he requerido. Gracias a Angel Lafuente por trasmitirme su amor a la palabra. Gracias a María Baamonde por diseñarme con tanto acierto los gráficos. Gracias a Thais que siempre está dispuesta a compartir su creatividad. Y, gracias a Nuria, mi nueva editora, su propuesta de portada mejora y mucho, la mía.
Asimismo, hay dos personas que han aceptado testimoniar este libro. No ha sido casualidad, son dos autores a los que conozco y admiro, mi agradecimiento sincero a Jorge Lomar y a Jesús Vega.
Este año me propuse mejorar la relación entre mi vida familiar y profesional. Algo ha debido de suceder en el proceso de este libro, anoche les comentaba a mis hijos que estaba acabando y me dijeron: pero, ¿cuándo lo has escrito?. Gracias, Eduardo y Alfredo, estar con vosotros es tan fascinante que habéis conseguido que mi reto fuera fácilmente alcanzable.
Escribir este libro ha sido un gran placer para mí. Tanto que ya estoy pensando en el siguiente, “Casos Prácticos de Feng Shui”. Espero que leerlo, al fin y al cabo es una forma de escribirlo de nuevo, lo haya sido para ti, lector. Gracias por leerlo y darle vida.
Maru Canales
Autora del libro «Feng Shui en la vida»
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